sábado, 5 de noviembre de 2011

¿Por qué me concedes un año más de vida?

Por: Jonathan Colina

Shalom, en cierto momento de meditación encontrándome en mi lugar de habitación y pronto a acercarse la fecha en la cual se marco una nueva entrada de un ser a este mundo terrenal, como lo es mi vida; no por voluntad humana si no por voluntad celestial, vino a mi pensamientos cierta interrogante, ¿por qué me concedes un nuevo año de vivencia en esta tierra? ante ello comenzaron a surgir tantas respuestas que recorrían desde lo más profundo de mi hombre interior, ese ser espiritual que posee una intima relación con el rey de los santos. Me di cuenta que lo primordial en esta vida es comprender de ¿dónde venimos?, ¿quiénes somos? y ¿a dónde vamos?, y es evidente que venimos de una creación celestial que utilizo instrumentos creacionales, como son seres humanos para traernos a este mundo físico, pues de alguna manera fue el mismo Padre Eterno que creo nuestros riñones, nos formo desde el vientre de nuestras madres, sus ojos estuvieron atentos a nuestro embrión, nos formo maravillosamente; por tanto hay muchos motivos para agradecer cada día de nuestra vida, porque con el simple hecho de respirar es motivo único y suficiente para honrar, exaltar y agradecer a nuestro padre, de allí la alabanza y servicio constante por tal obra maravillosa al crearnos (Salmos 139:13-16).

Sin embargo, todo no queda allí, eso apenas es el comienzo de todo un camino que debemos transitar, de allí la relevancia de saber quiénes somos y esa misma identidad es la otorgada por el creador cuando decidimos abrir nuestras vidas para que sea Él quien nos moldee conforme a su diseño y nos dé el mejor uso, sabiendo así que solo el creador sabe el buen funcionamiento de su creación, en base a ello la importancia de vivir como hijos (Juan 1:12) y no simplemente criaturas. Por consiguiente el saber a dónde vamos, de que estamos hecho y que recursos, talentos o dones poseemos para utilizarlo en pro del proyecto del creador. Pero lamentablemente hoy día los años de nuestras vida se han tomado en total vanidad, donde el ser humano simplemente se ha preocupado por ser uno más del montón y no marcar la diferencia dentro de este sistema hedonista, es así como carecen de propósito de vida y solo no hemos transformado en especie de parásito que ocupa un pequeño lugar en el globo terráqueo.

El tiempo se acelera, las personas alcanzan años de vida, pero siguen siendo los mismos de cuando nacieron, esas criaturitas traídas a la existencia que no sabían para que vinieron a este plano terrenal. Por eso cuando alguien cumple un nuevo año de vida, lo principal que le desean es “feliz cumpleaños”, declarando que alcance la felicidad (satisfacción plena) en este nuevo año de vida. El asunto es que las personas se esfuerzan mas por buscar tal felicidad ficticia que nunca es completa, porque solo depende del bienestar material y emocional (Casa, carro, dinero, profesional, familia), pero que carece de la plenitud espiritual y el cumplimiento del propósito creacional de cada individuo.

Es notorio destacar que las personas nunca desean: “que en este nuevo año de vida puedas seguir caminando y cumpliendo el propósito por el cual el Padre Eterno te trajo a este mundo”… Evidentemente hay tantas personas que solo existen en este mundo porque ocupan un lugar, pero no viven porque no toman decisiones, ni se preguntan el ¿por qué yo estoy en este mundo? ¿Para que el Eterno me trajo a este mundo?, ¿por qué es tan misericordioso que aun cuando soy injusto me sigue dando años de vida? Indudablemente las personas ni siquiera tienen tiempo para pensar y meditar, porque están tan enredados en este sistema absorbente y estresante que se olvidan de lo valioso, lo que en verdad es eterno; lo espiritual, pero esforzándose por ser felices en este mundo cuando el verdadero gozo esta en muestro creador (Nehemías 8:10) y padre de todo ser viviente.

El ser humano se divorcio del creador para transitar su propio destino y no el camino de vida establecido por el Padre, que al fin del cabo nos trae bendiciones, pero ha preferido vivir su espejismo de vida, deseando tener más años de existencia, pero es algo que solo está en la potestad del Padre y por si fuera poco nada le costaría decidir que no seas parte de este mundo. Cabe destacar que la escritura expresa que seguiremos viviendo, siempre y cuando retengamos en nuestro ser las palabras del Padre para obedecerlas (Proverbios 4:4, 3:1-2). De la misma manera alcanzaremos bendiciones y éxitos en todo lo que emprendamos como resultado de prestar oído a la voz del creador y caminar de acuerdo al propósito que nos ha sido encomendado (Josué 1:7-8; Deuteronomio 28:2).

Cada uno de nosotros debemos ser valientes y esforzados para tener larguras de días, actuando diligente y dignamente, para andar como sabios y no como necios, recordando así que los días son malos(Efesios 5:15) y en cualquier momento la muerte nos sorprende. Lo triste de todo esto es la condición que nos encuentra la muerte, pues de alguna manera si fuiste una persona que simplemente nació, creció y se desarrollo y nunca tuvo un propósito de vida, simplemente tus días fueron sin sentido y cada una de las acciones y decisiones fueron vanas. Lo importante no es que día nacimos ni como nacimos, lo importante es cuando morimos y en que condición lo hacemos, por eso el sabio salomón dijo en un momento “que mejor era el día de la muerte que el día de nacimiento” (Eclesiastés 7:1), ya que si alguien nace, nadie sabe cuál será su proceder, mientras que cuando el hijo justo y recto fallece, sabemos que se fue de este mundo en paz con la esperanza que recibirá su recompensa gloriosa. Por ende, el padre nos concede un nuevo año de vida para desarrollarnos como sus hijos y alcanzar plenitud cuando cumplimos con su propósito, lo importante es saber cual es y caminar en esa dimensión.

Cada año de vida es una nueva oportunidad para reflexionar en las cosas que estamos haciendo y las que estamos dejando de hacer, es un tiempo de meditación de nuestras vidas para encaminarnos hacia la meta de nuestro propósito, por muy difícil que sea la vida, los problemas y las circunstancias que se presentan; precisamente se requiere mucho ESFUERZO Y VALENTIA para no decaer ante las mismas. Por tanto, dijeron los sabios en un momento: “Tú, como individuo, eres especial, único, y completamente necesario. Ninguna persona viva, ninguna persona que haya vivido, y ninguna persona que vivirá, puede lograr el papel específico en la creación que el creador confió en ti.”

Gracias por concederme un nuevo año de vida Padre amado, y guíame por la senda de tu propósito.
EL FIN DE TODO ESTE ESCRITO ES TEMER AL ETERNO Y GUARDAR SUS MANDAMIENTOS, PORQUE ESO ES EL TODO DEL HOMBRE.