Moréh Jonathan Colina
Shalom, me es grato nuevamente contar con mucha vida y salud para plasmar este escrito, esperando en el Padre celestial pueda ser de mucha bendición y así mostrar el engaño supersticioso que la gente ha asumido y práctica por años pero que no tiene sus bases en el plano escritural.
Cuando se evalúa dichas prácticas, entre eso entra en juego posterior a la navidad lo que se conoce como "fin de año", donde todo el mundo la espera con gran expectación y mayor deseo de superación y bendiciones en el próximo.
Lo que muchas veces se desconoce es el origen de las celebraciones y sobre todo el calendario que nos llego a nuestras vidas, pero que mayormente fue establecido por voluntad humana plagado de creencias a dioses extraños y no al creador de los cielos.
Por eso, todo ser humano y creyente que sea cuidadoso y objetivo se dará cuenta que la costumbre del fin de año tiene sus orígenes en las creencias romanas, cuyo honor se rendía a la deidad de janus; un dios que tenía dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil (una cara al pasado y otra al presente).
También era el dios de las puertas, los comienzos y los finales, de ahí que el primer mes que en español pasó del latín Ianuarius a Janeiro y Janero y de ahí derivó a Enero (January) fue colocado en su honor.
De igual modo se dice que como dios de los comienzos, se lo invocaba públicamente el primer día de enero (Ianuarius), el mes que derivó de su nombre porque inicia el nuevo año.
Por lo tanto, todo lo que se cree y practica está saturado del paganismo romano y muchos de los que se dicen llamar hijos del Eterno no logran salirse del vientre de roma, solo demuestran cuan dependiente son del paganismo y las costumbres de los pueblos que son vanidad (Jeremías 10:2).
Lamentablemente nos han hecho más esclavos por la ignorancia que por la fuerza hasta el punto de concebir los propósitos celestiales y los proyectos personales dentro de un calendario tradicional establecido por Constantino y el papado, pero ignorando por completo la línea profética donde precisamente fue el mismo Padre celestial quien establece el mes de aviv (periodo entre Marzo y Abril del calendario gregoriano) como comienzo de año y cabeza de los meses (Éxodo 12:2; 13:4).
Si hay algo en que las personas se pueden identificar de este dios es que muchos tienen las dos caras, una que utiliza en diciembre para demostrar amor, perdón y ayuda mutua, pero la otra la asumen en enero y en los próximos meses para ahora solo demostrar odio, rencor y egoísmo.
La historia nos muestra que el mes de Enero fue colocado en honor al dios Janus, el mes de Febrero en honor a la diosa februa, el mes de Marzo en honor al dios martes, el mes de Abril en honor al dios aperire, el mes de Mayo en honor a la diosa maia, el mes de Junio en honor a la diosa juno, el mes de Julio en honor al emperador Julio Cesar, el mes de Agosto en honor al emperador Augusto Cesar, el mes de septiembre por ser originalmente el séptimo mes se le coloco septem (siete), el mes de Octubre por ser originalmente el octavo mes se le coloco Octo (ocho), el mes de Noviembre por ser originalmente el noveno mes se le coloco novem (nueve) y el mes de Diciembre por ser originalmente el decimo mes. Por tanto, anteriormente solo existía un calendario de diez meses, posteriormente fue añadido los dos meses restantes.
Además de que la gente despide un año según Janus, tiene los mayores deseos y expectación en el año que se aproxima, es por ello que también se practican diversas creencias que no tienen nada que ver con nuestro Padre celestial. Una de las que siempre me ha llamado la atención es que las personas se comen las populares 12 uvas del tiempo y en cada campanada piden un deseo que según eso atraerá buena suerte y hará realidad lo que desea.
El gran problema que las personas se comen las uvas y nunca concretan sus proyectos, sueños y metas, porque casi siempre en todo lo que emprenden tienen una arrancada como el caballo pero una parada como el burro.
Seamos honestos con nosotros mismos, así usted se coma 12, 24, 36 o una caja entera de uvas no hará cambiar su situación, lo que hará cambiar su situación es el compromiso, la lucha y la fidelidad que usted tenga con sus sueños y deseos para que se puedan hacer realidad.
Otros simplemente desean dinero en este nuevo año y comienzan a practicar el malabarismo supersticioso: unos comen lentejas y reciben el año con el dinero en la mano derecha como para tener la seguridad que el nuevo año será prospero porque siempre tendrá dinero en la mano.
Otros utilizan una prenda de color amarillo para atraer las riquezas, las buenas vibras y el éxito. Seamos sinceros, pero eso no garantiza que tendremos dinero, usted se puede comer un plato de lentejas o toda una olla entera, asimismo puede tener el dinero que sea en su mano o aunque sea la chequera o dinero prestado del vecino, como también se puede vestir amarillo como un pollito, pero si no trabaja, ni se esfuerza por emprender jamás tendrá dinero en su mano ni mucho menos será alguien exitoso.
Otros utilizan una prenda roja para supuestamente atraer el amor, el asunto es que usted se puede vestir todo rojo pero si no es comprometido con su vida ni se da la oportunidad de amar y ser amado jamás eso sucederá.
Entre esas también están las personas que salen a recibir al año con una maleta, esperando que ese año sea de muchos viajes. Como también personas que reciben el año en lugares altos, se suben en una silla o escalera, esperando tener un ascenso en su vida.
El asunto es que si usted no emprende ni se esfuerza en su trabajo jamás podrá apartar un dinero para algún viaje. De igual modo, si usted no trata de cambiar, pensando en cada día ser mejor y crecer en todos los ámbitos de su vida es difícil que pueda ascender o superarse.
Cabe destacar que cada fin de año las personas también suelen estrenar alguna ropa, esperando recibir ese año con ropa nueva y que los próximos meses también sean de estreno y exista variedad en su vestuario.
Una cosa no conlleva a la otra porque el único responsable de su vida es usted y tiene la capacidad y decisión de esforzarse y proveerse a sí mismo para estrenar una mejor ropa en ocasiones especiales, no necesariamente un fin de año porque solo estamos demostrando esclavitud a una tradición. Hay muchos que solo se esfuerzan por entrenar de diciembre en diciembre.
Así como todas estas, también existen otras que el ser humano practica sin cuestionar su origen.
De hecho, hasta la gran expectación a la llegada de nuevo año con cohetes, sirenas e innumerables fuegos artificiales es una acción moderna de la costumbre que tenían los pueblos paganos de esperar su año nuevo.
Ellos prendían fogatas y hacían grandes ruidos porque creían que de ese modo podían espantar los malos espíritus y dar lugar para que los buenos espíritus volvieran a la tierra y trabajaran en forma mágica en sus vidas.
Tristemente hemos heredado tantas creencias supersticiosas, ocultistas y paganas del mundo grecorromano que nos ha cuartado de participar realmente de la demanda profética de nuestro Padre celestial.
Esperemos que algún día el ser humano reconozca que su única seguridad, prosperidad e innumerables bendiciones están sumergidas en el Padre celestial cuando buscamos su reino y le obedecemos.
Ya es tiempo que las criaturas del Eterno dejen de colocar su corazón en las costumbres paganas que los afectan espiritualmente y se comprometan a servir al Padre de los vivientes y no a janus, Julio cesar, Constantino o al papa Gregorio VIII.
De igual modo los que se dicen llamar pueblo del Eterno podamos pararnos firme y demostrar que no somos de este sistema pasajero y antagónico, sino que pertenecemos a una cultura de reino santa revelada en su palabra (Torah).
Debemos apartar lo que tiene propósito de lo vil o pagano y así ser portavoces del mensaje del Eterno, de ahí la demanda que las personas de este sistema se conviertan a nosotros y no nosotros a ellos (Jeremías 15:19). @Jonathanor7