Por: Jonathan Colina
Shalom, en esta oportunidad que el rey de los santos me permite llegar a ustedes a través de este medio, he traído acotación un tema tan álgido dentro de este mundo y tan condenador por parte de los diferentes grupos religiosos; sin embargo mi intención no es para ofender, condenar, desacreditar ni menospreciar, pues es más que evidente que todos somos seres humanos y merecemos ser tratados con respeto. Cuando evaluamos la creación humana, vemos que el creador trajo a la existencia “varón y hembra”, y dice que a ambos los creo y luego los formo (Génesis 1:26-27; 2:7-24); por lo que en la creación no vemos otra tendencia o sexo que la de varón y hembra, que también es conocido como hombre y mujer. Así que, esta perfecta creación del Adam (hombre y mujer) le fue encomendada un propósito de dominar la tierra y también fructificad (Génesis 1:28); es decir traer a la existencia hijos; hecho que no puede suceder cuando existe una relación entre miembros del mismo sexo. Por esto, el hacer algo contrario a este propósito estaríamos demostrando nuestro desacuerdo con el creador bendito y por ende lo que estableció como instrucción; no te acostarás con varón como si fuera mujer. Es abominación (Levíticos 18:22) y precisamente la expresión hebrea abominación (Toebá) tiene que ver con una acción repugnante, asquerosa e idolatra, ya que al actuar de esa manera estaríamos adoptando una inclinación o posición de vida contraria al creador.
En el mismo libro de Génesis (19:1-5) los sodomitas le exigen a Lot, sobrino de Avraham que les entregue dos hombres para realizar sus abusos sexuales. El término "sodomía" proviene de este incidente y lo lamentable fue que el mismo creador se encargo de destruir las ciudades de sodoma y gomorra como resultado de sus acciones perversas (Génesis 19:24-25). En ese mismo sentido, el homosexualismo es considerado un acto idólatra, un acto que frustra el propósito celestial de procrear y que además provoca un grave daño a la vida familiar. Lo triste de todo esto es que la misma escritura establece que muchos cambiaron su condición natural; las hembras cambiaron su naturaleza para hacerse hombres, y quienes son hombres cambiaron su naturaleza para hacerse mujeres, llegando a cometer hechos vergonzosos hombres con hombres y mujeres con mujeres (Romanos 1:26-27).
El gran problema a todo esto, es que hemos llegado a un punto que pesar que muchos no practican tales acciones, se complacen y aprueban a aquellos quienes la practican; cosa similar fue lo que condeno Pablo (Romanos 1:32); una cosa es respetar al ser humano que sufre de tal inclinación y otra es hacerse caso omiso a sus prácticas abiertamente que en definitiva también afectan e impacta a una generación que se está levantando. La idea es erradicar esta inclinación anti creacional que nos cuarta de la entrada al reino (1 Corintios 6:9-10)
Me llama la atención la historia de un hombre llamado “David”, quien favorablemente pudo prevalecer sobre su inclinación, y hoy lleva adelante un hogar establecido acorde a la creación celestial. El dice lo siguiente: “Crecí en lo que los psicólogos llaman una ‘familia triádica’; muy frecuente en hombres que necesitan luchar con su homosexualidad: un padre distante y humillante, una madre asfixiante y en el medio un niño que carece de un modelo que lo conduzca hacia la hombría. Un niño, para quien la hombría se ha tornado en algo peligroso, amenazante y lejano. Un niño que crece creyéndose diferente a los demás niños y hombres, y, sin embargo desea conectarse con ellos y con su propia masculinidad. Yo había crecido con una sensación distorsionada de mi mismo, como si fuera menos que hombre. En las experiencias vividas finalmente me sentí querido y aceptado por los hombres, si bien estos vínculos constituían solamente un sustituto transitorio a una auto-imagen varonil honesta. Se siente maravilloso al pasar de creerse inferior a hombre, para sentir que uno es algo totalmente distinto”.
Esta historia muestra una gran verdad, cuando le preguntamos a los hombres que sufren de esta inclinación anti creacional, la mayoría es como resultado de la falta de amor de un Padre, de la carencia de un modelo paternal que lo orientara, lo dirigiera, le mostrara realmente quien era y diera las herramientas necesarias para su formación y carácter masculino. El problema es que hay muchos hijos con sus Padres ausentes y por ende el modelo a seguir fue su madre. Así también nunca tuvo el cariño de su Padre, creció con ese gran vacío afectivo, por lo que a la medida que va creciendo lo llena con otro hombre que no necesariamente es su Padre y de allí las prácticas que vemos.
No trato de culpar a nadie, porque cada quien es dueño de sus actos, pero en este caso estos hombres (porque realmente fueron creados así) que sufren de esta inclinación anti creacional deben corregir sus prácticas contranatural, deben tomar conciencia que su identidad original es otra, deben entender que sus miembros reproductores fueron creados con un propósito y por lo tanto estar con una persona de su mismo sexo estaría estropeando el mismo. El cambio de su vida está en sus manos por muy duro que parezca, por muy exigente que sea; pero dentro de si esta una identidad y carácter que necesita surgir, que necesita desarrollarse y solo con la ayuda del creador lo puedes lograr.
No hay mejor logro, que aquel que lo desee; el problema es que muchos están hundidos en esta inclinación anti creacional, en esta tendencia adictiva que no tiene una esperanza, pero así como este hombre llamado David, que se sintió insatisfecho en su atracción hacia los de su propio género, no creyeron que sus sentimientos fuesen innatos y tuvieron la osadía de intentar ser la persona que el creador quiere que sea, así también lo puedes hacer tu.
No trato de condenarte, solo trato de mostrarte una esperanza, el camino de bendición que te lleva a la vida; para ello es menester luchar por tu verdadera identidad, vencer esa inclinación anti creacional que solo se puede lograr con la ayuda del creador y su instrucción perfecta (1 Timoteo 1:8-10). @Jonathanor7