Shalom, en esta oportunidad quiero plasmar bajo la voluntad de nuestro Rey Justo este escrito, esperando que sea de bendición y reflexión para todos aquellos hijos del Eterno, temerosos y obedientes de su instrucción.
Es importante resaltar que el servicio a nuestro padre no es por dos horas a la semana, ni de domingo a domingo, o solamente ir a las convocaciones y desaparecerse hasta la próxima convocación, ¡No! El servicio a nuestro Padre es constante, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, todos los días del Mes y los 365 días al año, como expresa el salmista: “todo lo que respire alabe a Adonai”.
Como hijos del altísimo debemos vivir cada instante en su presencia, no es solo un fin de semana, es un servicio continuo en cada momento de nuestra vida; por ello muchas veces vivimos como religiosos, teniendo al Padre como parte de nuestra vida y no como la vida, y sobre todo cuando expresamos que lo es con nuestros labios, pero nuestros hechos demuestran lo contrario.
Es así como hemos tenido una mala concepción del servicio, donde de lunes a viernes nos enredamos en los negocios de la vida (estudio, trabajo) y el domingo es cuando nos toca ir, ¡y eso que vivimos una vida de reino!...
Cabe destacar que los hijos del reino son indiferentes del servicio de oración, donde el Padre nos invita a intimidar con Él, y salen a reducir las excusas, “llegue cansado del trabajo”, “voy otro día”, “hay poco transporte”, “hoy no va casi nadie”, “solo es el servicio de oración” entre otras, sin embargo cumplen con el trabajo, los estudios, las actividades pero cuando llega el momento de la cita con el Eterno nos hacemos de la vista gorda a nuestro compromiso.
Todo el día el Padre celestial está extendiendo sus manos a un pueblo rebelde y apático que anda en sus deleites y pensamientos, ajenos al compromiso adquirido con el Rey Eterno, pero aun así ¡Bien, gracias!, dándole la espalda a nuestro Padre. Entonces ¿cuál es la diferencia entre los creyentes que expresa Hechos 2 y los de hoy? Ellos perseveraban en la palabra de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan, y en las “ORACIONES” (Hechos 2:42).
Los creyentes de hoy establecen ciertas doctrinas ajenas a las palabras de los apóstoles, no se toma en cuenta el partimiento del pan, y es triste porque aquellos que si lo practican se hacen ajenos a la “COMUNIÓN EN LAS ORACIONES”.
Por otro lado el salmista expreso en varios momentos: “en la casa de Adonai habitare por largos días”; “es mejor estar un día en sus atrios de mil fuera de Él”, el hijo del Eterno expresa: “en la casa de Adonai habitare por un rato”, “de domingo a domingo”, para él es mejor estar un día en el trabajo y no en el Padre celestial.
En este tiempo profético es importante retomar nuestra relación con el Eterno, debemos reflexionar en las decisiones que tomamos porque muchas veces demuestran desprecio hacia El. El profeta Isaías y que luego el Mesías cito dicha profecía estableció: “Mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos” (Isaías 56:7; Mateo 21:13), entonces debes prepararte porque si eres ajeno al servicio de oración no podrás estar en la capacidad de los tiempos proféticos, lee muy bien “casa de oración para todos los pueblos”… Bendiciones.