Por: Moréh Jonathan Colina
Shalom, en esta oportunidad he querido escribir acerca de una expresión muy utilizada dentro del mundo, puesto que cuando le preguntamos a alguien: ¿Cree en Dios? Inmediatamente la respuesta no se hace esperar respondiendo: ¡Si!... ¿Pero qué tan cierto será esta aceptación o declaración?.
Cuando evaluamos los escritos sagrados, dice un texto bíblico que hasta los los demonios creen y tiemblan (Santiago 2:19), ¿Será que los demonios creerán más en Dios que sus propias criaturas?.
Imagínense que los demonios creen en la existencia de un ser celestial como lo es el Señor y en base a ello tiemblan, ya que al reconocer su autoridad le tienen temor, reverencia y sujeción, al punto que hasta piden permiso como se encuentra registrado un caso en los evangelios (Marcos 5:6-13).
¿Cuántos de sus criaturas pueden accionar de la misma manera? casi siempre cuando se les habla del Señor, Inmediatamente el rechazo no se hace esperar.
Es lamentable porque las criaturas y hasta los mismos creyentes no han sabido agradecer ni valorar todo el sacrificio del Mesías; azotado y clavado en un madero hasta quedar descuartizado y aguantar una corona de espina llevando todo el peso de nuestros errores, fallas y delitos. Todo eso por el inmenso amor del Señor hacia nosotros.
¿Acaso el Creador no nos ha dado motivo para agradecerle? solamente con el hecho de despertar una mañana y ver la luz del día, es aún motivo suficiente para saber que estamos vivos y que cada día nos brinda otra oportunidad para que nos convirtamos de nuestros malos caminos.
Es muy sencillo decir “Yo creo en Dios” (Que existe). ¿Pero cuántos pueden decir de la misma manera “yo le creo a Dios”? (Vivir conforme a su voluntad). Difícilmente porque a muchos les cuesta aceptar lo que Él ha establecido en su palabra (Voluntad expresada en letras).
Es triste ver como la creación sigue sumergida en la corrupción, viviendo ajena, de espalda y contraria a aquel que dicen creer. Pero aun mas triste es ver a aquellos que dicen ser creyentes y viven una vida como si no los fueran y en medio de su accionar demuestran que creen en el Señor a su manera, cuando el mismo Mesías dijo que debíamos creer en el señor COMO DICE LA ESCRITURA (Juan 7:38).
Por lo tanto, cuando alguien acepta al Señor, también acepta su voluntad, acepta su instrucción santa, acepta sus mandamientos para vivir conforme a ellos, porque es inconcebible aceptar al Señor y no aceptar sus demandas o requerimientos. Por consiguiente, ya nuestra vida y condición debe ser diferente y debemos vivir opuesto al mundo, ¿O no sabéis que la amistad con el mundo es enemistad contra el Señor? Pues, cualquiera que quiera ser amigo del mundo se constituye enemigo del Señor (Santiago 4:4).
No obstante, todavía existen corazones endurecidos con aquel que nos dio la vida y que día a día nos bendice, nos da fuerza, fortaleza, paz , aliento, consuelo, nos tiende la mano cuidándonos y salvándonos de cualquier tipo de accidentes, ¿acaso todavía no has reflexionado y meditado de lo que el Señor hace por ti siendo misericordioso y bondadoso?.
Existen personas que aún con todo esto lo que el Señor les da, piensan que El le ha dado la espalda y no es asi, es el ser humano que no ha sabido valorar ni agradecer. El siempre ha estado ahí en el mismo lugar, esperando para cuando tú lo quieras ACEPTAR.
Tenga presente, no es aceptarlo de labios, si no que sea una declaración genuina que vaya mas allá de las palabras, siendo los hechos lo que se evidencien.
Las profecías nos indican que es el mejor momento para aceptar su manual de instrucción (Torah- Biblia) y así vivir una vida en santidad, agradable e integra delante de sus ojos.
Es el momento de buscarlo, no en una religión, si no en la verdad que nos muestra la escritura, en esa senda antigua que nos brinda el descanso de nuestras almas (Jeremías 6:16).
La escritura nunca nos ha mostrado una religión, el Mesías tampoco nos mostró una religión, solamente un camino que nos lleva al Padre y que a través de su instrucción nos brinda un estilo de vida que nos conduce al reino.
El profeta Isaías declara: Buscad al Señor mientras pueda ser hallado, llamadle en tanto que está cercano (Isaías 55:6). Esto nos enseña que llegara un momento que usted querrá buscar del Señor y no podrá encontrarlo. Así que, hoy es el momento, no espere el mañana, puede ser demasiado tarde…
El Señor nos ama tanto que nos hizo perfectos, dándonos la libertad para decidir entre el camino bueno (bendición) y el camino malo (maldición), pero recuerda que a la final tendremos que rendir cuenta al Señor. Lehitraot! @jonathanor7
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