Moréh Jonathan Colina
Muchas personas tienen conceptos erróneos acerca de lo que debemos y no debemos comer, pero lo importante no es lo que pensemos nosotros, sino lo que piense el Eterno que en definitiva es el Creador de todo.
Basado en ello ¿qué nos dice las escrituras sobre este asunto?
Lo primero que vemos en la escritura es que el Eterno creo animales puros e impuros. Y dice que no debemos comer nada abominable:
Deuteronomio 14:3 No comerás nada abominable.
La expresión abominable en hebreo es toebá que significa algo repugnante, asqueroso, especialmente idolatría.
Quiere decir que al comer lo abominable no solo estamos comiendo algo que es repugnante y asqueroso para el Eterno, sino que también estamos cometiendo idolatría (Avodah Zarah), puesto que estamos haciendo caso omiso a su voz y es como si le estuviésemos diciendo que está equivocado en sus leyes de pureza y que nosotros tenemos la razón.
Para evitar eso, lo más correcto es saber la naturaleza de los animales y realmente que hay detrás de cada uno y cuál fue el propósito de su creación, sin cuestionar al Creador del mismo.
Uno de ellos es el cerdo, ¿Qué nos dice la escritura sobre este animal que tiene tanta publicidad en el mercado?
Levítico 11:1-2: Habló Adonai a Moisés y a Aarón, diciéndoles: Hablad a los hijos de Israel y decidles: Estos son los animales que comeréis de entre todos los animales que hay sobre la tierra.
Quiere decir que quien lo hablo fue el mismo Eterno, el que creo los animales y como El conoce los animales nos dice cuales debemos comer y cuáles no.
Levítico 11:7 También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo.
Deuteronomio 14:8 ni el cerdo, porque tiene pezuña hendida, mas no rumia; os será inmundo. De la carne de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos.
Basado en estas dos citas, el cerdo es un animal inmundo y entra dentro de la categoría de algo abominable para el Eterno (Toebá).
Si esta es la orden del Creador, ¿por qué no obedecer?
El problema es que no se asume la instrucción del Eterno, porque hoy día se ve como algo satánico, esclavizante y opuesto a la “gracia”, ignorando que tanto la ley como la gracia trabajan en conjunto.
Es tanta la osadía de hoy día, que se coloca la Ley (Torah) como abrogada, por ello comen todo tipo de animal inmundo, ya que dicen que estas citas no tienen vigencia en la actualidad porque al parecer estamos bajo la ley y no bajo la gracia.
¿Acaso en el Eterno habrá sombra de variación?
Dice la escritura que en Él no hay sombra de variación, porque es el mismo de ayer, hoy y siempre (Hebreos 13:8).
Entonces, ¿cómo Él puede arrepentirse de sus leyes alimenticias?, si al contrario, el mismo Mesías viene a cumplir la Torah y enseñarla correctamente:
Mateo 5:17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
¿Cómo Él puede cambiar la condición o naturaleza inmunda de un animal? Si es claro que creo el cerdo con un propósito y no es precisamente para comerlo.
El mismo Job dice lo siguiente:
Job 14:4 ¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie.
No se puede justificar lo injustificable y tanto en el plano espiritual porque lo establece la escritura, como en el plano natural por la ciencia, se ha demostrado que en cerdo es sumamente dañino para la salud e inclusive contiene un parásito mortal para el ser humano que lo consume.
Sin embargo, nuestro deber no es dejarlo de comer por lo que dice la ciencia, sino por obediencia a nuestro Padre que lo creo y nos dice que no debemos comerlo.
Por lo tanto, Adonaí nos ha dado sus leyes para nuestro bien, ellas nos revelan sus verdaderas normas para distinguir entre lo bueno y lo malo, entre lo santo y profano, sus leyes son santas y justas, nos ayudan a vivir y actuar de acuerdo a su perfecto régimen alimenticio (Kashrut), para mantenernos en bienestar saludable.
Es triste ver que hay mucho pueblo del Señor desechando las leyes del Creador, pero asumiendo las leyes terrenales y organizacionales que no santifican.
Cabe destacar que debido a nuestra propia ingenuidad se ha caído en el lazo mentiroso y engañador de satanás, asumiendo una idea errónea acerca de las leyes alimenticias, y lo concerniente a los derivados de cualquier tipo (jamón, salchichas, tocineta, chuleta ahumada, pernil entre otros), lo cual es dañino para la salud.
Y obviamente la maniobra satánica es tan fuerte que eso es lo que más se ofrece en el mercado y obviamente el maligno y adversario está detrás de todo esto. Él es el más interesado que usted no obedezca y destruya su organismo.
Por ende, como hijo del Eterno no podemos hacernos de la vista gorda a estas instrucciones, accionando como un tipo de pez al morir por la boca, y actuando como si el estómago nos dominara, y sacando cualquier tipo de argumentos y pretextos para tratar de justificar acciones desobedientes.
No podemos justificar nuestra desobediencia al decir que ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. O utilizando la cita que dice mata y come. O sacando con pinza el texto que dice que todo lo que hay en la carnicería comer.
Ninguna de esas citas aplican y cada una tiene su explicación en su contexto y nada tiene que ver con el tema tratado. Pero satán es experto en torcer las escrituras y utilizar sus instrumentos para desviar al creyente de la verdad.
Debemos entender de una vez por todas que el Eterno creo animales para el consumo humano y animales que no son para el consumo humano y uno de ellos es el cerdo.
De allí que el Eterno en su gran perfección creo los animales impuros para limpiar y mantener en buen estado el sistema ambiental, solo que el ser humano a causa de su rebeldía ha contribuido a la contaminación de la misma, Por lo cual, se comen más los animales impuros y no aprobados que limpian el ambiente, y pocos los aprobados y puros para alimentarse.
Es lamentable ver tanta rebeldía en medio nuestro y no es ajeno a la condición del pueblo en tiempos antiguos y el mismo Eterno los confrontó a través de su profeta:
Isaías 65:2-4 Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos; pueblo que en mi rostro me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y quemando incienso sobre ladrillos; que se quedan en los sepulcros, y en lugares escondidos pasan la noche; que comen carne de cerdo, y en sus ollas hay caldo de cosas inmundas;
Basado en el texto anterior, el pueblo provocaba a ira al Eterno por la rebeldía que tenían y entre tantas cosas una de ellas era el consumo del cerdo.
Isaías 66:17 Los que se santifican y los que se purifican en los huertos, unos tras otros, los que comen carne de cerdo y abominación y ratón, juntamente serán talados, dice Adonai.
Ahora, ¿Por qué no se come ratón? Para el Eterno el ratón está en el mismo nivel e inmundicia del cerdo, y el que lo coma posee sus consecuencias tanto físicas, saludables y espiritual.
Así pues, Adonaí nos ha dado sus principios de salud limpieza y santidad (Kashrut) para nuestro bienestar a largo plazo. El atentar contra esos principios trae consecuencias en nuestra vida y de allí que muchas veces pudiéramos estar padeciendo enfermedades como consecuencia de la desobediencia.
Es necesario cortar con la rebeldía, porque en la mentalidad del Eterno la rebeldía y la adivinación es lo mismo (1° Samuel 15:23) y los adivinos no entran al reino anunciado desde tiempos antiguos.
Por ello, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne, perfeccionando la santidad en el temor de Adonaí (2° Corintios 7:1) y no olvidemos que nuestro cuerpo es morada del Espíritu de santidad.
Shalom. @jonathanor7
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