sábado, 30 de enero de 2010

Un mundo agitado sin tiempo para Dios




Moréh Jonathan Colina


Shalom, cada día que pasa nos damos cuenta que el ser humano sigue en constante agitamiento como resultado de rendir tanto tiempo en cosas menos provechosas e importantes, entregado prácticamente a los compromisos seculares, al trabajo y los estudios, pero estando consciente de que el mismo se está acabando, porque cada vez la exigencia de la rutina se hace aún mayor. 


Una de las cosas que la escritura nos enseña es a ser mayordomo del tiempo. 

De hecho, nos enseñan los rabinos que el peor crimen es el asesinato. El peor asesinato es predeterminado. El peor asesinato predeterminado es el de un familiar. Inclusive peor es el asesinato de uno mismo. Asesinato espiritual es peor que asesinato físico. Matar el tiempo es un asesinato espiritual.

Efesios 5:15-16  Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,  aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 

Quiere decir que debemos aprovechar el tiempo e invertirlo en cosas que trasciendan a nuestro crecimiento y desarrollo personal y espiritual. Y cuando actuamos de esa manera entonces, estamos actuando con diligencia.

Vemos que el Señor nos ha regalado 24 horas, el gran problema es, si hacemos buen uso de ese regalo, y le damos el tiempo que le corresponde a Él. 

Lo más correcto es darle al señor como mínimo dos horas y cuarenta minutos, bien sea orando, estudiando su palabra, la pregunta es ¿le estamos dando el tiempo que le corresponde a aquel que nos dio la vida? 

Es evidente que no, porque estamos envueltos en tanta rutina, nos levantamos temprano y aveces nisiquiera le damos las gracias al Señor por un día mas de vida.

Luego nos bañamos, nos vestimos, desayunamos sin darle las gracias al Señor  por tener alimentos y de allí nos vamos al trabajo a cumplir con nuestra labor. 

Al mediodía tomamos transporte para trasladarnos a nuestros hogares y llegar almorzando para volver nuevamente a la jornada de trabajo, llegando cansado, agotado y deseando acostarse a dormir para luego levantarse al otro día con la misma rutina y monotonía. 

Lo curioso es que antes de acostarse tampoco se la dan las gracias al Señor por el día en que pudieron estar vivos y cumpliendo con sus funciones. 

El ser humano día a día vive en constante lucha y acciones agotadoras que paulatinamente los va acabando, ya que el nivel de exigencia y estrés nos destruye.


Cabe resaltar que muchas veces se esta ignorando al Señor que nos hace descansar de tantas cargas que hemos adquirido.

Mateo 11:28  Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 

El triste asunto es que, como poder librarnos de ese yugo rutinario y el cansancio cuando no le dedicamos tiempo al Señor que nos da fortaleza y nos renueva a pesar de nuestra infidelidad.

Isaias 40:29-31  El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.  Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;  pero los que esperan a Adonai tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. 

¿Por qué hacer del trabajo y los estudios un dios, el cual le entregamos casi toda una vida? dedíquenle al Señor el tiempo que se merece y será de gran beneficio, ya que el nos llenara de fuerzas para seguir adelante. 

Me llama la atención, que las personas cumplen con el trabajo y los estudios que los absorben, pero no cumplen con el Señor que nos llena de fortalezas. Entonces, ¿qué saca el hombre de todos sus afanes y del ansia de su corazón con que tanto se fatiga debajo del sol? Porque todos sus días son dolores y su tarea frustración, pues ni aun de noche su corazón reposa (Eclesiastés 2:22-23). 

No nos entreguemos por completo a algo que solo tiene validez en la tierra, no en el reino del Señor. El estudio y el trabajo es parte del sistema, porque necesitamos alimentarnos, vestirnos, formarnos en lo personal, académico y laboral, pero para asuntos divinos no posee calificativo. 

No se olviden del evaluador original que nos premiara según nuestras obras. ASÍ QUE, DADLE AL MUNDO LO QUE ES DEL MUNDO Y Al SEÑOR LO QUE ES DEL SEÑOR . @Jonathanor7


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