sábado, 10 de septiembre de 2011

Evangelio del reino vs. Evangelio financiero

Por: Jonathan Colina 


Shalom, da dolor ver tantos asesinatos, engaños, hurtos y crisis dentro de este sistema contrario, pero aun da mayor dolor ver en la crisis que ha caído las diversas religiones indistintamente cual sea su denominación, porque aunque vemos todo este caos dentro del mundo, es más triste ver asesinatos en las iglesias por mostrarle un camino divorciado del creador, engañándolos y adormeciéndoles sus conciencias por hacerles creer que el favor del padre celestial se compra a cambio de dinero y trueque. Es así como han utilizado el nombre del Eterno y su escritura para decir y hacer lo que les place, asumiendo los santos mandamientos como un asunto selectivo para hurtar a las personas, llamando a que “traigan dinero”, a que “pacten con Dios”, a que “hagan voto” y “den una semilla”, lo más curioso es que aseguran no estar bajo la ley, pero asumen mandatos que precisamente están en la ley, ¿por qué ese doble discurso?... 

 Cuando estudiamos la escritura el mismo creador establece las bendiciones y maldiciones, depende de nosotros y de las decisiones que tomemos para recibir las consecuencias de las mismas, sean buenas o malas. La misma escritura expresa: “Y por haber obedecido la voz de YHVH tu Padre, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas las bendiciones” (Deuteronomio 28:2), la gran incógnita seria ¿porque las bendiciones no nos están alcanzando? y tenemos que hacer trueques con el padre para que nos pueda “bendecir”, claro por decir que es el Padre, pues es evidente que el Padre derrama sus bendiciones no por intercambio, sino por obedecer sus mandamientos. El asunto es que para muchos los mandamientos o la ley deja de tener vigencia cuando el Mesías se presenta para desplazarla por la gracia, sin embargó el mismo dijo que no había venido a abrogarla sino a darle su verdadero cumplimiento o interpretación (Mateo 5:17), entonces ¿qué voz estamos oyendo? ¿La del padre o la interpretación de los hombres? si oyéramos la voz del creador tendríamos la recompensa como resultado de obedecerle. El problema es que el hombre ha creado caminos torcidos y que su final es doloroso, ha interpretado un evangelio diferente al original, pero el mismo pablo dijo que cualquiera que lo enseñe diferente el tal sea maldito (Gálatas 1:8). 

Indudablemente por caminar en una senda contraria al padre, por enseñar un plan de redención diferente al original, están acarreando para sí maldición, pues no están oyendo la voz del Padre para ser bendecidos en gran manera. Estamos llegando a un gran nivel de apostasía y herejía, y en lugar de que el Mesías sea el deseado de las naciones, el dinero ha ocupado tal puesto en el corazones de los ministros, ciertamente Pablo le advirtió a Timoteo que en los últimos tiempos habrían “amigos del dinero y de los placeres más que del Padre” (2 Timoteo 3:2).

 Mientras hoy día se enseña que hay que darle al Eterno a través de los pactos, votos y semillas para que el té de a ti, el Mesías simplemente enseño que buscáramos primeramente el reino del los cielos y su justicia y TODAS las cosas os serian añadidas (Mateo 6:33). El grave error es que se ha concebido un mal concepto de reino, siempre de palabras y no de hechos, recordemos que el reino también posee una cultura y esa es la revelada por el padre en su Torah (mal llamada ley), por eso el propio padre le dijo a Josué: “Solamente esfuérzate y sé muy valiente, cuidando de hacer conforme a toda la Ley que mi siervo Moisés te ordenó. No te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que tengas buen éxito dondequiera que vayas. No se aparte de tu boca el Libro de esta Ley. De día y de noche meditarás en él, para que cuides de hacer conforme a todo aquello que está en él escrito, porque entonces harás próspero tu camino, y tendrás buen éxito” (Josué 1:7-8). Entonces, ¿porque no tenemos éxitos en los proyectos?, ¿porque no somos prosperados? ¿Por qué esperamos el financiamiento del padre?, ¿por qué tenemos que intercambiar con el dueño del oro y la plata? ¿Sera que alguna cantidad de dinero pueda sorprender al Padre? ¿Sera que él me bendice en base a la cantidad que le dé? ¡No! El creador de vida simplemente nos bendice cuando ponemos en práctica sus mandamientos, cuando oímos su voz y caminamos en dirección de su evangelio que nos lleva al reino.

 No somos prosperados ni tenemos éxito por darle la espalda a su instrucción y asumir la gracia como libertinaje. En el evangelio del reino la prosperidad viene como resultado de obedecer al Padre, en el evangelio financiero viene como resultado de hacer trueque con “Dios”. En el evangelio del reino el Padre estableció sus ministros para guiar a un pueblo por medio de su instrucción, en el evangelio financiero los ministros se han transformado en grandes empresarios y seguidores de mammon (dios de las riquezas). 

¡Criticamos la actitud del joven rico y actuamos peores que él!

¿Cuál es el propósito del evangelio?


Por: Jonathan Colina

Shalom, esta expresión evangelio es muy comúnmente usada entre las personas, creyentes o no creyentes, ¿pero qué hay detrás de la misma?, ¿cuál es el propósito de ella?, ¿para qué fue creado?, y si en verdad se cumple en nuestras vidas o simplemente es la manera de expresarlo.

Adonaí en un principio, tuvo como propósito el establecimiento de su reino, en base a la soberanía y toda su voluntad impartida en nuestras vidas, por ende establece a los primeros adámicos a sojuzgad, sujetar y administrar todos los bienes como resultado de su sistema de reino (Génesis 1:28), donde también existía una relación íntimamente paternal; para ello recibieron una serie de ordenanzas y mandamientos, pero lamentablemente prestaron su oído a la adversidad y así darle lugar al sistema contrario, ese anti diseño pagano religioso, pues transgredieron, violaron las directrices de nuestro Padre. 

Ciertamente esa falla le costó el reino a los primeros adámicos, hasta el punto que el padre celestial lo aparto de la bendición para quedar destituidos de su gloria, como resultado de su desobediencia (Romanos 3:23). 

Entonces solo fue una acción que trajo como resultado una seria de perdidas, el asunto es que muchas personas desconocen la perdida y por ende no tienen clara la búsqueda, he allí cuando vemos tantas personas en religiones cuando el Eterno no creo la misma, pero eso fue el resultado de la alta traición de Adam que permitió introducir toda una plataforma religiosa hasta hoy día que tiene adormecido al creyente. 

Sin embargo, muchos creyentes han concebido este plan de redención de una manera trivial, como un asunto de “buenas nuevas”, cuando la misma es más que eso, es todo un plan o diseño perfecto creado por el Padre celestial para recuperar la condición que teníamos en Adam, quizás usted se pregunte ¿cuál es esa condición?, no precisamente es ser cristiano, parte de una religión y asistir a una iglesia para asumir un legado doctrinal, que no proviene del Eterno, es caminar en la dimensión de la restauración prometida a sus hijos, y por la que el Mesías está siendo retenido en los cielos (Hechos 3:21). 

Esta restauración es conocer cuál es nuestra verdadera identidad, sabiendo así que el padre nos ha dado potestad de ser sus hijos(Juan 1:12), depende de nosotros vivir como tal, pues nuestros hechos deben dar testimonio que somos sus hijos, pero lamentablemente muchos creyentes se han preocupado mas por llamarse cristiano y aceptar todo un cuerpo de leyes denominacionales, tratando de estudiar a un Dios y no teniendo una relación con un padre, por eso hemos vivido en medio de una orfandad, no sabiendo quienes somos por la ignorancia que existe a lo largo del tiempo. 

El Eterno nos ha concedido ser ciudadanos de su pueblo Israel, pero el antisemitismo es tan fuerte que ha menospreciado el Rol de Israel como instrumento de redención, pero es evidente que nuestra identidad proviene del Padre, nos ha hecho parte de los santos y miembros de su familia (Efesios 2:12; 3:6). 

Por lo tanto, si decimos ser del Mesías ciertamente somos linaje de Abraham, pues hemos sido injertado al olivo natural (Israel), para disfrutar de la rica savia del olivo (Torah- instrucción, Gálatas 3:29; Romanos 11:17), todo esto es como resultado de la palabra o decreto real dado a avraham “en ti serán benditas (injertadas) todas las familia de la tierra”. 

Por ende, debemos comprender nuestro rol en este tiempo profético y redentivo que nos ha tocado vivir, de esta manera caminar en una dimensión sobrenatural por la vivencia en medio nuestro de la soberanía de Adonai. 

Debemos tener claro que somos embajadores de un reino y no miembros de una iglesia, somos una luz que resplandece en el camino de tinieblas y sal como elemento de cooperación para impartir los principios del Padre y puedan preservar sus vidas. Por lo tanto debemos recuperar el reino que se perdió en Adam, la autoridad para sojuzgar la tierra y la relación intima con nuestro padre, pues hemos caído en un vacio, teniendo la conciencia adormecida, por eso se ha vivido de manera religiosa asumiendo un legado satánico a través de diversas culturas extrañas. 

Por otro lado, no hemos asumido en su dimensión nuestra autoridad, por eso vemos casos dolorosos en medio de los creyentes y prácticas contrarias a la escritura, todo como resultado de desconocer la autoridad de someter, conquistar y sujetar. 

Sin duda alguna, fue una gran pérdida en Adam, por eso el padre estableció de antemano el plan de redención, para restaurar (identidad, lo que somos, nuestra posición) y restituir (herencia-legado, lo que tenemos, nuestra posesión como hijos). 

Cabe destacar, que Adam fue alma viviente pero el Mesías prometido espíritu vivificante (1 Corintios 15:45), y en mejor condición para justificarnos delante del Padre celestial y comenzar una relación paternal, comenzar a experimentar restauración y restitución de todo, porque no tardará en manifestarse el Mesías como Rey a establecer su reino en Israel. @jonathanor7

El enojo es una cualidad del necio…



Por: Moréh Jonathan Colina


Shalom, vivimos en un mundo de total estrés donde el tiempo de comunicación se ha vuelto un poco tedioso por las actitudes que muchas veces toman las personas como resultado de una vida agitada y la diversidad de compromiso que lo hace entrar en un tormento y reacciones desfavorables por los resultados que logran obtener y que muchas veces no cumplen con sus expectativas. 

Es así como muchas personas viven a la defensiva, y en momento ni siquiera le puedes hablar porque se irritan, en algunos casos el mirarlos les causa un malestar y hasta te colocan malos ojos, otros por el normal depositan su enojo o rabia con el que se presente por delante. 

Sin embargo, cuan difícil se hace resistir todo ese tipo de reacciones, pues nos encontramos con personas de ese tipo, que solamente con sus actitudes impacientan nuestra vida y caemos en enojo, pero allí es donde se debe demostrar nuestro carácter y poder tolerar la situación olvidando sus negligencias. 

Por ello, el enojo parece surgir en el transcurso de un instante y explotamos fulminantemente cuando los demás nos irritan, pero es evidente que somos completamente responsables de nuestras reacciones y poseemos la capacidad para dominar nuestro ser y actuar sabiamente; ese es nuestro deber. 


Muchas veces vemos personas que caen en pleitos y confusiones donde toman decisiones que luego se arrepienten, porque es evidente que el enojo te adormece la consciencia e impide que te des cuenta de las reacciones extrañas que logras expresar. 

Ciertamente el hombre enojado siempre causa conflictos, pero la persona sabia siempre medita antes de tomar decisiones y no se enreda en el enojo, más bien actúa y calma la violencia, no en vano dijo salomón: “El que tarda en airarse es rico en sabiduría, pero el impaciente exalta la necedad” (Proverbios 14:26).


El enojo nos apartan de muchas personas, nos empuja a tomar decisiones precipitadas que solo provocan amargura y culpabilidad, depende de nosotros si actuar sabiamente y alejarnos del mal, pues el hombre enojado provoca contiendas, pero el que tarda en enojarse, tranquiliza la rencilla (Proverbios 15:18). 

Es evidente que el enojo nunca trae nada bueno, hasta el punto que un sabio dijo: “toda persona que se enoja, si es sabio, la sabiduría se aleja de él, si es profeta, la profecía se aleja de él. Todos los pecados que cometemos dañan a un miembro del cuerpo, pero el enojo ataca el alma, y la hace no apta”. 

Por ende no es de sabio enojarse por cada cosa que ocurre a nuestros alrededor por muy difícil que sea, por tanto en cada oportunidad que nos enojemos, siempre traerá consigo malas decisiones y equivocaciones, el mismo salmista lo expresa de esta manera: “Deja la ira, pon a un lado la furia no estés enojado, conduce al mal (Salmos 37:8).

Si en nuestra vida evitamos enojarnos, cada acción seria agradable y fructífera, por el contrario tu vida se tornara en caos y soledad porque el enojo te impide avanzar y crecer en las relaciones interpersonales, pues nadie querrá compartir e interactuar con una persona amargada. 

Si en algún momento llegásemos a enojarnos que sea como dice Pablo “no se ponga el sol en nuestro enojo”, pues no podemos extender la necedad en nuestra vida al momento de permanecer constantemente enojado con alguien, hasta el punto de acostarme y al otro día mantener dicha posición, eso no debe suceder, mucho menos en casos de parejas y familias. 


Indudablemente si no queremos ser necio, evitemos enojarnos, y si nos enojamos ya dejaremos de ser sabios (Eclesiastés 7:9). Recuerda siempre que el enojo produce confusión, la confusión nos hace olvidar lo que es correcto, olvidar lo que es correcto nos hace equivocarnos, equivocarnos es equivalente a dejar de hacer lo bueno (Pecado). 


Sea quitado de nosotros toda amargura y enojo, e ira, y grito airado y falsedad, junto con toda maldad (Efesios 4:31).

¡Seamos pronto para obedecer, tardo para hablar, tardo para enojarnos! @Jonathanor7