Parashá Behar (En la montaña, en el monte)
Parashá 9 del Sefer Vaikra (Levítico)
Parashá 32 de la Torah
Por Moréh Jonathan Colina
Torah: Levítico 25:1-26:2
Haftara: Jeremías 32:6-27
Ketuvim: 1 Corintios 7:21-24
Esta semana estaremos estudiando
la Parashá Behar, la cual traduce literalmente como en la montaña, en el monte,
y tiene que ver con la orden que el Eterno le da Moshé en el monte de Sinaí de
darle descanso en la tierra el séptimo año, lo que se conoce en hebreo como
Shemitá. De igual manera se le ordena a contar siete años por 7 periodo de años
para un total de 49 años y de esta manera el día 50 se conoce como Iovel (Jubileo).
Llama la atención que el nombre
de la Parashá se llame en el monte y tenga que ver con este tipo de órdenes con
respecto al descanso de la tierra y jubileo. Lo que nos quiere enseñar el
Eterno con esto, es que estas órdenes son tan importantes como los mandamientos que se dieron en el monte de
Sinaí, ya que estos se dieron para santificar nuestras vidas pero los que se
dan en esta Parashá nos mantiene atento a la redención que es el séptimo día
profético.
Levítico 25:3-4 Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Adonai; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña.
Siempre el énfasis en la Torah
tiene que ver con el séptimo día, el séptimo año, el séptimo periodo de siete
años y es precisamente para estar enfocado en el séptimo día que nos conecta
con la redención final.
El propósito del año séptimo
conocido Shemita era recordar a los hijos de Israel que no son dueños de la
tierra, sino que el dueño es el Eterno. Que también entendieran que el trabajo
era un medio, no un fin en sí mismo. Además de enseñarle al agricultor a tener
fe y confianza en que su sustento viene del cielo. Con esto también daban
tiempo al campesino a dedicarse al estudio de la Torah de una manera más
profunda y sin nada que lo interfiera.
Levítico 25:20 Y si dijereis: ¿Qué comeremos el séptimo año? He aquí no hemos de sembrar, ni hemos de recoger nuestros frutos; entonces yo os enviaré mi bendición el sexto año, y ella hará que haya fruto por tres años.
Aquí vemos que el mismo Eterno
hace la pregunta, debido a que conoce el corazón incrédulo del ser humano, ya
que para muchos trabajar la tierra durante seis años y dejarla descansar el
séptimo era un asunto de dependencia total al Creador. Para ellos debían
mostrar confianza en aquel que se lo estaba ordenando y al cumplir con este
mandato, entonces iban a gozar de su bendición durante tres años (desde el
sexto hasta el octavo).
Si conectamos este verso con la
era mesiánica, entonces nos damos cuenta que cuando cumplimos los mandatos del
Eterno vamos a gozar de su bendición desde el sexto día profético que ya
estamos cerca de él, el séptimo que es el reino y el octavo que es el mundo
venidero.
Por el contrario, cuando no se
cumple este mandato ocurren sus consecuencias y con ello el exilio, al punto
que lo setenta años que duró el exilio de Babilonia corresponden a los setenta
años sabáticos que habían sido abolidos cuando Israel estaba asentado en su
tierra.
2 Crónicas 36:20-21 Los que escaparon de la espada fueron llevados cautivos a Babilonia, y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino de los persas; para que se cumpliese la palabra de Adonai por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo de su asolamiento reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos.
Jeremías 29:10 Porque así dijo Adonai: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar.
Quiere decir que cuando no estamos atentos al séptimo día profético, nuestra vida se convierte en un exilio. Y mientras estemos en un exilio interno jamás vamos a poder gozar de las bendiciones del Eterno.
Por eso la diferencia entre exilio
y redención cuando se escribe en hebreo es la letra Alef que representa el
Eterno. Esto nos enseña que cuando una persona está alejada del Eterno y su
Torah entonces está viviendo en un exilio y esa condición no le va a permitir
experimentar la redención.
El exilio también representa
estar en esclavitud, estar cautivo a una condición que lo mantiene preso.
Exilio también representa construir sus cárceles internas. Exilio también
significa no tomar decisiones por estar atado a algo o alguien.
Juan 8:32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Por eso Iehoshúa vino a mostrar
la Torah y al conocerla entonces íbamos a ser verdaderamente libres.
De hecho cuando hablamos de
Jubileo (Iovel), vemos que toda la propiedad era devuelta a su dueño original,
toda deuda era perdonada y todos los esclavos eran libres.
Levítico 25:10-12 Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia. El año cincuenta os será jubileo….
Cuando Iehoshúa vino en su rol
como Mashíaj ben Iosef, vino también en un tiempo de Jubileo, aproximadamente
cerca del año 4000. Si el jubileo es cada cincuenta años y lo dividimos entre
4000 que es el año que se manifestó, nos daría 80 jubileos. Quiere decir que
Mashíaj ben Iosef se manifestó para proclamar el Jubileo 80.
Lucas 4:18-19 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.
Este año agradable del Eterno es
precisamente un tiempo de jubileo, en el cual el mismo Eterno a través de
Iehoshúa estaba impartiendo libertad a los esclavos y oprimidos de su Pueblo.
Es importante destacar que en ese momento Iehoshúa le toco leer la porción de
los profetas (Haftarah) y al leerla simplemente estaba citando al profeta
Isaías 61:1-2. Por eso dice que esta palabra se ha cumplido hoy aquí, porque
estaba hablando de sí mismo y de su rol como Mashíaj ben Iosef.
Por otra lado, cuando vamos a la
historia nos damos cuenta que el año 1917 también fue un jubileo y en ese
momento Jerusalén paso de manos de los turcos a la nación de gran Bretaña, pero
con la ventaja que con ellos surge la reforma Balfour para anunciar su apoyo al
establecimiento de un hogar nacional para el pueblo judío.
Posteriormente en noviembre del 1947
se estableció la asamblea general de la ONU donde se aprobó la creación del
Estado de Israel. No pasó mucho tiempo y en mayo 1948 se hizo oficial el estado de Israel y de esta
manera se cumplen las profecías que en un momento nacería una nación (Isaías
66:8).
Desde el 1917 hasta el 1967
pasaron 50 años y corresponde a otro jubileo. En el año 1967 se recupera
Jerusalén y de esta manera entonces deja de ser hollada por los gentiles.
Lucas 21:24 Y caerán a filo de espada, y serán llevados
cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta
que los tiempos de los gentiles se cumplan.
Quiere decir que Jerusalén pasa
entonces a los dueños originales y el Eterno comienza a acelerar los tiempos
proféticos.
Si desde el 1967 contamos 50 años
más, entonces el próximo Jubileo ocurrió en el año 2017 y desde ese año para
acá estamos viendo como los tiempos se siguen acelerando y las profecías se
cumplen frente a nuestros ojos.
Debemos estar atentos a los
tiempos que estamos viviendo, puestos que el eterno solo estableció 7 días
proféticos y dice la escritura que un día es como mil años y mil años es como
un día (2 Pedro 3:8 , Salmos 90:4)
Quiere decir que 6000 son los
años de esta era presente conocida como olam haze y otros 1000 años son el
reino del Eterno.
Además que cuando vamos al año
hebreo, nos damos cuenta que actualmente estamos en el año 5780 (2020), pero
según las crónicas del conteo de tiempo basado en la interpretacion del Judaísmo karaita hay aproximadamente 210 años que no se
contabilizaron. Si sumamos esos 210 años al tiempo actual entonces estaríamos
en al año 5990 y solo faltarían 10 años (si no menos) aproximadamente para el año 6000.
Sin contar que dice la misma
escritura que los días serán acortados a
causa de los escogidos y que todo se cumplirá de manera rápida. De hecho el
mismo Mashíaj dijo que no pasara esa generación antes que todo esto acontezca y
la generación de la que hablaba era partiendo del 1967.
No obstante desde el 2017 que fue
el último jubileo están ocurriendo cosas impresionantes y seguirán ocurriendo
cosas aún peores. Recordemos que estos tiempos son los dolores de parto y no es
tiempo para adormecerse ni desanimarse, al contrario, es un tiempo para poder
elevarse espiritualmente y cumplir la demanda profética de este tiempo.
En este tiempo vemos que mientras
unos se adormecen y pierden todo sentido y foco, otros se están esforzando por
agradar al Eterno y servirle en espíritu y verdad.
Así pues, esta Parashá nos enseña
que nuestra vida debe estar enfocada siempre en lo eternal, en las cosas que no
se ven, en las cosas de arriba. Y de allí que nuestra mirada debe estar puesta
en el séptimo día que es Shabat, en el séptimo año que es shemitá, en el
periodo de 7 años por siete que es Iovel, pero también en el séptimo día
profético que es el Reino.
Shabat Shalom @Jonathanor7
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