viernes, 22 de noviembre de 2019

Parashá Noaj: Solo una persona justa hace la diferencia en este mundo


Parashá Noaj (Noe- Descanso, reposo) 
Parashá 02 del Sefer Bereshit (Génesis)
Parashá 02 de la Torah
Por Moréh Jonathan Colina

«El alimento del cielo que nutre nuestro Neshamá»

Torah: Génesis 6:9-11:32
Haftara: Isaías 54:1-10
Ketuvim: 1 Pedro 3:18-22



Esta semana estaremos estudiando la segunda porción de Bereshit (Génesis), el cual se conoce con el nombre de Noaj (Noé), puesto que es el protagonista de los sucesos narrados en estos capítulos. La porción comienza de la siguiente manera: 



Génesis 6:9-11: Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Elohim caminó Noé. Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet. Y se corrompió la tierra delante de Elohim, y estaba la tierra llena de violencia.

Lo primero que vemos aquí es que su nombre hebreo es Noaj, el cual significa descanso, reposo. Esto nos viene también a mostrar que Noaj es un prototipo del Mashíaj, puesto que el mismo dice: 

Mateo 11:28: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”

El hecho de seguir su interpretación de la Torah nos brindaría descanso, por eso es importante que sigamos sus enseñanzas y no las de hombres saturados de religión y cargas que agobian y estancan. 

Jeremías 6:16:  Así dijo Adonai: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. 

Este camino de la Torah trazado por el Eterno y denominado como la senda antigua también nos brinda descanso, y por el hecho de caminar en él y ser el camino bueno, nos permite alinearnos al propósito del Eterno creado para nuestras vidas. 

El mismo Mashíaj se le conoce como la Torah viviente y de allí que al ir a él y asumir sus enseñanzas, entonces estamos asumiendo el mismo camino del que habla el profeta. Ser la Torah viviente se traduce en que en su estilo de vida diario no reflejaba otra cosa que no fuese la bendita instrucción dada en Sinaí (Torah). 

Eso da como resultado que su vida fuese justa y perfecta, al punto que para calificar como ese Mashíaj y justificarnos debía ser Tzadik Tamim (justo perfecto) y fue el mismo quien nos dijo que debíamos buscar el reino del Eterno y la justicia. 

Esa misma calificación es la que se la da a Noaj en su generación, era un hombre justo y perfecto (integro) y de allí que pudo calificar para una misión celestial y es precisamente construir el arca (Tevah) para ser resguardado tanto el cómo su familia y evitar morir en el diluvio (Mabul). 

Todo eso vino como resultado de caminar con Elohim. La expresión caminar en hebreo en ese contexto es Halaj que significa ir, andar, crecer, paso, recorrer, prosperar. Este término indica un estilo de vida. Y esa expresión es la raíz de halajá, que significa caminar, senda, la manera de caminar, la manera de modelar la propia vida. 

Quiere decir que cuando decidimos caminar, no solo estamos yendo en pos de Él al asumir su instrucción, sino que estamos creciendo paso a paso y prosperando en lo espiritual. Eso será un modelaje principalmente para nuestra familia y también para el mundo. Y esto fue lo que hizo Noaj. 

Génesis 7:1 Dijo luego Adonai a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. 

Noaj estaba en medio de una generación depravada y perversa, inmersa en idolatría, derramamiento de sangre, inmoralidad sexual y robos. 

Algunos comentaristas indican que Noaj era recto, pero sólo en comparación a las personas de su generación, personas que eran muy malas. Sin embargo, Noaj se elevó por encima de su entorno, una tarea nada fácil. No obstante, hablando objetivamente, no era completamente santo. Sólo era mucho mejor que el resto. 

Y precisamente esa es la tarea nuestra hoy día. Estamos viviendo tiempos proféticos, tiempos que también se conectan con los días de Noaj, sin embargo creo que peores que los días de Noaj, porque hoy día se suman otras condiciones espirituales de maldad y en mayor magnitud. 

Pero aun así, debemos sobreponernos por encima del sistema, ir en contra de la corriente. Y no se trata de ser perfecto para lograr esa misión, se trata de amar el perfeccionamiento espiritual y esforzarnos cada día por ser mejores, por caminar en justicia cuando obedecemos las instrucciones santas. 

Para ello es necesario ser íntegro y la integridad se mide cuando hacemos la voluntad del Eterno en el momento que nadie nos ve, cuando estamos a solas, cuando estamos en la adversidad o en medio del sistema. 

Esto nos enseña que ni la cultura, ni las costumbres, ni las personas que rodean, ni la sociedad pueden ser responsables de nuestra conducta, cada uno tiene una responsabilidad para vivir en justicia e integridad delante del Padre. 

Por ende, la perfección no expresa que dejemos de fallar, más bien cumplir el propósito del Eterno en nuestras vidas a pesar de la contrariedad que pueda existir. 

Es así cuando se destaca que Noaj era justo (Tzadik), pues un hombre justo es aquel que camina en obediencia a los principios del Eterno, eso es lo que te da justicia; el cumplimiento de la Torah en nuestras vidas, pero también dice que era un hombre perfecto (Tamim), al caminar en la dimensión del propósito que el Eterno ha establecido para nuestras vidas, de esta manera Noaj pudo alcanzarlo, el hecho de caminar con el Eterno, no fue cosa fácil pero se esforzó para hacerlo y lo logro, esto requirió aprender la disciplina del Eterno, hacer el deber no el querer del sistema contrario. 

Esta perfección la podemos alcanzar con el cumplimiento de los principios de la Torah, de allí lo que expresa el salmista: 

¡Cuán benditos son los perfectos de camino, los que andan en la Torah de Adonai! (Salmos 119:1) 

El perfeccionamiento dependerá de la obediencia al Eterno, que al fin del cabo es la Torah misma, pues es lo que surge de Él. 

Filipenses 2:15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Elohim sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;

Así como Noaj en su generación, así como Iehoshúa en su generación, también debemos aprender a ser nosotros en la nuestra, porque al fin del cabo, nuestra tarea no está en ser influenciado por el mundo, sino más bien influir en él y eso solo puede lograrse cuando decidimos ser justo, porque a la verdad solo una persona justa hace la diferencia en este mundo.

Shabat Shalom 




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