Esta semana estaremos estudiando la tercera porción De Bereshit (Génesis), el cual es llamada Lej Lejá que traduce como Vete para ti.
La porción semanal comienza de la siguiente manera:
Génesis 12:1-4: Pero Adonai había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Y se fue Abram, como Adonai le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.
Lo primero que vemos aquí es que Adonai le hace un llamado Avraham y con ello la exigencia de salir de todo el mundo exterior que lo rodea.
Esta exigencia a nuestro punto de vista puede evaluarse de forma inversa, porque Adonai le dice que debe salir de la tierra, de la parentela y de la casa de su padre, pero de forma natural esto es imposible, porque primero hay que salir de la casa de su padre, luego de su parentela y luego finalmente de la tierra.
Con esto Adonai nos enseña que cada llamado que El hace no puede evaluarse o verse de forma natural, sino dentro del ámbito espiritual.
Pero también al decirnos que lo primero que debe dejar es su tierra, nos muestra que al emprender un viaje hacia nuestro mundo interior es necesario primero cortar con la idolatría y el paganismo de nuestra tierra, que en este caso representaba Ur de los caldeos.
Aparte de eso debía abandonar su parentela, que no solo expresa un lugar físico o geográfico, sino también la forma de pensar, hablar y actuar que era propia de ese lugar.
Obviamente él tuvo que abandonar la cultura propia de su nacimiento y con ello también las ideas y creencias de su padre, que obviamente cada uno de ellas construye nuestro carácter y se expresa a través del comportamiento. Con todo eso también es necesario cortar, porque en el servicio al Eterno no podemos decir: “así soy yo, así me criaron mis padres”, porque el Eterno para utilizarnos necesita que cortemos con todo eso.
Para cortar es necesario hacer un Lej Lejá, que es precisamente lo que el Eterno le pide a Avraham. Lej leja significa vete, quiere decir que el lugar donde él estaba no le iba a ayudar a cumplir el propósito y por eso el Eterno le dice que ya no esté allí, que se vaya al lugar donde Él le dijera.
Los sabios enseñan que La expresión Lej significa: vete, anda, ve, sale, y la palabra Lejá quiere decir hacia ti, por lo que el Eterno le está diciendo vete hacia ti.
Lej lejá también significa vete por ti, vete por ti mismo, vete por tu propio bien o bienestar, vete para ti.
El Eterno le estaba haciendo una invitación a Avraham para encontrarse consigo mismo y la única manera de alcanzarlo es saliendo de su entorno familiar, de sus propias limitaciones, dejando de mirar su alrededor para entonces mirar muy dentro de él, para descubrirse, desarrollar y expandir todo el potencial espiritual.
Para ello también es necesario negarnos a nosotros mismos, dejar a un lado ese YO egoísta (Ani) y convertirlo en NADA (Ain). Por eso el mismo Nuestro Rabí Iehoshúa nos enseñó lo siguiente:
Mateo 16:24: Entonces Iehoshúa dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Debemos anular nuestro yo, nuestro ego, para entonces hacer la voluntad del Eterno y lograr lo que dijo Pablo: Ya no vivo yo, mas vive el en mi (Gálatas 2:20).
Para servir al Eterno es necesario morir, morir a nuestra perspectiva de la vida, a nuestros deseos y pasiones, a los que otros no han enseñado, a la manera como hemos venido llevando la vida, e inclusive a los que nuestros padres nos enseñaron con buena intención, pero si eso es opuesto a lo que el Eterno nos dice hay que dejarlo a un lado.
Por eso hay ocasiones en la vida en las que el Eterno nos deja solos, nos aleja de todo y de todos, porque realmente quiere procesarnos y extraer la riqueza espiritual que internamente poseemos y que jamás será alcanzada si llevamos la vida de forma normal, rodeado de tantas personas y saturados de tantos compromisos con este sistema.
De nada vale estar rodeado de personas y sentirnos sin el respaldo del cielo, o peor aún sentirnos acompañados de familiares y no cumpliendo con el llamado del Eterno. Es mejor estar solos, pero saber que Él está contigo y que lo que está haciendo en tu vida es de otro nivel, es más grande y más importante que estar rodeado de todo y de todos.
Lo importante no es que estés rodeado de alguien, lo importante es que estés rodeado por El.
Y Avraham contaba con ese respaldo, sabía que él no iba a estar solo, porque luego de dar el paso de salir entonces el Eterno lo ayudaría, por eso vemos que siempre estuvo con Él y a pesar de las pruebas le dijo que no temiera.
Ese gran paso de Avraham, lo hizo no solo llamar el Padre de la fe, sino también el hebreo (porque cruzó o pasó de un lugar a otro) y aunque no sabía realmente hacia donde iría, igual dio el paso, sin dudar.
Y aunque vemos que la tierra apenas se la iba a mostrar, él no se detuvo y avanzó, con ello el Eterno estaba probando era el compromiso de Avraham, pero también la fe en el Eterno.
El resultado de la obediencia de Avraham, entonces traería como resultado que de el saliera una nación grande, que fuera bendecido, que su nombre fuese engrandecido para entonces ser de bendición.
Esto quiere decir que jamás seremos de bendición completamente si no somos profundamente procesados, jamás seremos instrumentos del Eterno si no dejamos lo que nos rodea desde nuestro nacimiento.
Por eso normalmente cuando el Eterno nos llama para cumplir un propósito, nos quita de todo y de todos en los cuales siempre estuvimos rodeados, nos saca de nuestra tierra de origen, nos aleja de la propia familia e inclusive nos hace cortar con muchas cosas que traíamos como estilo de vida.
Y para muchos esto es cuestionable e inclusive hasta despiadado, pero el ser humano jamás comprenderá las exigencias del Eterno y por eso nunca harán cosas impresionantes porque seguimos pensando de manera natural, y esto no se trata de forma natural, sino espiritual, pero para el mundo las cosas espirituales son una locura.
Y a la verdad eso es lo menos importante, porque mientras el Eterno nos ha trazado un camino de bendición, jamás seremos maldecidos por el hombre. De allí el Eterno le coloca un cerco de protección a Avraham, pero también a todos los que descendemos de Avraham.
Todo ese camino comienza a desarrollarse desde el momento que Avraham decidió emprender ese viaje, porque de hecho dice el verso 4 que Avraham fue como Adonai le dijo. Quiere decir que no miro hacia atrás, no dudo, emprendió esa larga travesía de pruebas tras pruebas que lo harían elevar y alcanzar ese potencial, su yo verdadero.
El problema fue que no corto completamente con su entorno familiar, con él se llevó a su sobrino Lot y hasta que no se separó de lot el Eterno no le sigue revelando y mostrando el sendero.
Lo otro es, que luego de la salida lo primero que consigue Avraham fue una hambruna, esto nos enseña que desde el primer momento que decidimos emprender el viaje a nuestro yo verdadero, entonces el Eterno nos comienza a probar para medir la autenticidad de nuestro compromiso, si realmente estamos convencidos del paso que damos.
Por lo tanto, la vida de Avraham es una tipología de la vida que nos toca vivir en este mundo, cuando somos llamados, cuando el Eterno nos procesa y nos prueba para cumplir una misión particular.
Si no entendemos esto, siempre viviremos frustrados, preocupados, reclamando al Eterno pos las situaciones vividas, cuando realmente es la mejor muestra de su amor hacia nosotros.
Todo este viaje comienza con un Lej Lejá, es necesario dejar para poder recibir. Y quizás, dejar duele, pero es una muestra fehaciente al Eterno que estamos comprometidos y que Él y su propósito es lo más importante.
Cabe destacar que, en tiempos antiguos cuando un Maestro le daba una bendición a su discípulo le decía: “Que veas tu mundo en tu vida”. Y esto no es ajeno a lo que el Eterno le pidió a Avraham y nos pide a nosotros.
El Eterno desea que alcancemos nuestro yo verdadero, que podamos ver nuestro mundo interior, que podamos conocernos a nosotros mismos.
Para ello es necesario alejarnos de todo y de todos, porque en el momento que hacemos Lej Lejá, entonces dejamos de estar perdidos entre tantas personas, para conectarnos con nuestro Padre Eterno y verdaderamente encontrarnos a nosotros mismos.
Shabat Shalom