Parashá Bejukotai (En mis estatutos)
Parashá 10 del Sefer Vaikra (Levítico)
Parashá 33 de la Torah
Moréh Jonathan Colina
Torah: Levítico 26:3-27:34
Haftara: Jeremías 16:19-17:14
Ketuvim: Juan 14:15-21
Esta semana estaremos estudiando la Parashá Bejukotai, el cual traduce como en mis leyes, en mis estatutos.
Esta Parashá comienza de la siguiente manera:
Levítico 26:3 Si anduvieres en mis estatutos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra...
Aquí vemos un si condicional, quiere decir que las bendiciones y todo lo que viene en los versículos posteriores van a depender solamente si la persona lo cumple.
De allí que bejukotai es andar en sus estatutos y todo estatuto del Eterno entra en la categoría de los Jukim, el cual son mandamientos que no tienen una explicación en la lógica humana.
Por eso vemos que las exigencias y demandas del Eterno buscan romper con toda lógica y paradigma, lo cual es inconcebible mezclar la lógica humana con la Torah.
De hecho cuando estudiamos el principio de la creación, vemos que la demanda del Eterno a los adámicos precisamente era de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, pero el Eterno jamás le explico el porqué.
Y aunque no le explico el porqué, si le dio a conocer las consecuencias en caso de que ellos incurrieran en esa falta, sin embargo eso no fue suficiente y terminaron desobedeciendo y siendo expulsados del huerto del Edén.
Así pues toda demanda del Eterno es para probar nuestro nivel de obediencia y no se trata de recibir la explicación de porque obedecer, sino de hacerlo así no sepamos las razones o entendamos el motivo.
El problema es que nuestra mente siempre quiere comprenderlo y en la Torah jamás podemos filtrar la obediencia por la comprensión que tengamos en la mente, porque ambas se contraponen, por eso no hay una declaración más contundente que la que hizo nuestro pueblo cuando recibió las instrucciones santas, ellos dijeron: Naasé Venishma (Primero haremos y después entenderemos).
Mientras que hoy día se busca primeramente entender para hacer, la Torah nos enseña que primero tenemos que hacer y después entender. Quiere decir que la obediencia está por encima de nuestra comprensión, de nuestra intelectualidad.
Por eso cuando Moshé estaba luchando contra Amalek, solo podía ganar cuando sus brazos estaban levantados, esto nos enseña que sus acciones estaban por encima de su mente, de su razón. Por el contrario, perdía cuando sus brazos estaban abajo, dándonos a entender que su mente finita estaba por encima de sus acciones.
Basado en esto, la Torah siempre nos quiere enseñar que solo ganamos cuando dejamos de pensar tanto y comenzamos a actuar, a vivir lo aprendido. Porque esto no se basa de un conocimiento alojado al intelecto, se trata de un estilo de vida que demuestre un compromiso sincero con el Eterno.
Deuteronomio 4:5-6 Mirad: os he enseñado estatutos y decretos, conforme me enseñó Adonai mi Elohim, para que hagáis así en medio de la tierra donde vais a entrar para poseerla. *Observadlos y practicadlos*, pues constituye vuestra sabiduría y vuestro entendimiento a la vista de las naciones, las cuales tendrán noticia de todos estos estatutos, y dirán: ¡En verdad esta gran nación es un pueblo sabio y entendido!
Así pues, la Torah no solo es para conocer, sino para observar y practicar las demandas celestiales.
Mateo 5:19 Por tanto, cualquiera que suprima uno solo de estos mandamientos más pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos, pero cualquiera que los practique y enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
El problema es que normalmente hay personas que quieren enseñar sin practicar lo que enseñan y esto no se trata de eso, sino de enseñar a través de la práctica de la misma. La mejor enseñanza es vivir la Torah.
Lucas 12:47 Aquel siervo pues, que conoció la voluntad de su señor y no se preparó ni hizo conforme a su voluntad, será azotado mucho.
Por consiguiente, lo peor que le puede pasar a alguien es conocer las profundidades de la Torah y hacer caso omiso al todo conocimiento. A veces se ignora que a quien más se la da, más se le demanda y creemos que esto es un juego. Esto no es un juego, esto es algo serio y cada quien deberá rendir cuenta por lo que conoció y no vivió. No hay excusas frente al Señor.
El problema es que el alma siempre se justifica y cuando las demandas son muy grandes entonces pide justificación. Y esto no se basa es la mente, porque si fuese por la mente, ningún hombre en la escritura hubiese dado el paso.
Por eso vemos que el Eterno siempre busca romper todo esquema humano, todo paradigma religioso, todo patrón social, todo estereotipo mental. Las demandas grandes solo son hechas por el Eterno a personas con una gran disposición y esta disposición tiene que ver con rendirse a uno mismo, hasta el punto de morir y vivir para El, como lo hizo Pablo y en su momento Juan, puesto que uno dijo: … Ya no vivo yo… y el otro dijo: …es necesario que yo mengue…
También vemos que una demanda fue hecha a Avraham y aun cuando el mismo Eterno no aceptaba sacrificios humanos, vemos entonces que le pide a su hijo Isaac. En su mente finita, Avraham también pudo haber objetado ese pedido, sin embargo, solo decidió obedecer sin replicar.
Antes de ese pedido también le dijo que saliera de su tierra, de su parentela y de la casa de su padre y así hizo con muchos, porque el Eterno para poder tratarnos y usarnos tiene que sacarnos y desconectarnos de nuestro lugar de origen y esto para muchas mentes finitas es difícil de concebir y digerir.
Pero el Eterno busca ir mas allá de los razonamientos humanos, tanto así que la misma Torah dice que no se podía mezclar lana con lino, pero las vestiduras sacerdotales estaban hechas de ambos materiales.
En cuanto al Shabat, toda labor se consideraba como violentar dicho día, sin embargo los sacerdotes laboraban en Shabat y no eran considerados culpables.
En cuanto a la Torah, el mismo Eterno establece no asesinar, sin embargo el mismo mandaba a asesinar a personas, al punto que por esa desobediencia de dejar a alguien vivo le costó el reino a Saúl.
Luego se lo pidió a David y fue el mismo David al que el Eterno le prohibió construir casa puesto que sus manos estaban llenas de sangre; sangre que vino por su obediencia al mismo Eterno.
Y si seguimos evaluando creo las exigencias son incontables y cada una tienen algo en particular, ya que buscan romper con nuestro propio sistema de creencia.
Vemos que el Eterno no se limita y sigue llamando y demandando cosas. Pero depende de nosotros si le creemos a Él o a nuestra mente, si actuamos en base a esa palabra o nos dejamos llevar por las críticas.
Por eso Bejukotai nos enseña que no importa lo que otros piensan de ti, lo importante es lo que el Eterno piense de ti cuando hagas conforme a su demanda.
Lucas 11:27 Hablando estas cosas, sucedió que cierta mujer de la multitud, alzando la voz, le dijo: ¡Bendecido el vientre que te llevó y los pechos que mamaste! Pero Él respondió: Antes bien, bendecido los que oyen la palabra de Elohim y la obedecen.
Y lo hermoso de esto, es que al cumplir la demanda también se activa la bendición de la misma. Por eso bejukotai nos dice: no hay bendición sin acción, no hay respuesta sin obediencia.
Y de allí que no hay nada más gratificante que caminar en base a la demanda del Eterno por muy dolorosa que sea y por más difícil que cueste.
Porque esto no se trata se pedirle explicación al Eterno de todo aquello que te está pidiendo o demandando, no se trata de saber el motivo por el cual estas pasando un mal momento, no se trata de comprenderlo todo, se trata simplemente de dar el paso y de obedecer así cueste.
Shabat Shalom. @Jonathanor7
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