lunes, 13 de mayo de 2019

Parashá Metzorá: La Lengua destruye tu vida





Parasha Metzorá(Leproso)
Parashá 5 del Sefer Vaikra (Levítico)
Parashá 28 de la Torah
Por Moréh Jonathan Colina

Torah: Levítico 14:1-15:33
Haftara: 2 Reyes 7:3-20
Ketuvim: Mateo 9:20-26



Esta semana estaremos estudiando la Parasha Metzorá, el cual traduce literalmente como leproso o realmente quien posee Tzaraát, siendo esta enfermedad (el cual se manifestaba como hinchazón, erupción o mancha blanca) más que una afección médica, era un problema espiritual.

El Talmud ( Arakhin 16a ) enumera siete razones por las cuales uno podría estar afectado por la enfermedad: chismes , asesinatos, perjurio, relaciones sexuales prohibidas, arrogancia, robo y envidia.

Sin embargo la mayoría coinciden que el problema principal radica en Lashom Hará(Lengua maligna) y de hecho la misma expresión metzorá está compuesta de motzi que significa sacar y ra que significa mal, de allí también tiene relación con la expresión Motzi Shem ra que es hablar mal de alguien, difamar o calumniar a una persona.

En la escritura vemos varios casos de personas que incurrieron en este error y vemos la consecuencia reflejada en Tzaraát. Uno de los casos es cuando el mismo Moisés fue enviado por el Eterno para sacar al pueblo pero al respondió que el pueblo no le creería  y el Eterno le hizo experimentar por un momento su mano leprosa como la nieve (Éxodo 4:1-7).

Esto nos enseña que no solo Moisés se precipitó a los acontecimientos, sacando conclusiones de la incredulidad del pueblo, sino también que el mismo no estaba seguro de lo que el Eterno le estaba diciendo ni de la señales que le estaba dando.

Otro caso que vemos en la escritura es el de Miriam cuando hablo en contra de su hermano Moisés por tomar mujer cusita y esto trajo como consecuencia que su vida fuese afectada por Tzaraát  y obviamente tuvieron que sacarla del campamento por siete días, el cual durante ese tiempo el pueblo no avanzó. A pesar que Moisés quiso abogar por ella delante del Eterno, Él no lo acepto e hizo pagar a Miriam las consecuencias de sus acciones (Números 12:1-16)
De aquí aprendemos que el Eterno toma muy en serio el hecho de cuando alguien atenta contra su autoridad, porque sea lo que sea, siempre la autoridad va a recibir el respaldo celestial aunque en momentos no esté en lo correcto.

Otro caso que vemos en la escritura es del rey Azarías, quien dejo que su corazón se enalteciera a causa de su poder y lleno de arrogancia quiso hacer las cosas a su manera, pero al recibir una prohibición se llenó de ira e hizo que le brotara Tzaraat en su frente y esa condición fue hasta el día de su muerte (2 Crónicas 26:19-21).

Cuando alguien tiene orgullo espiritual cree que se las sabe todas y mucha gente con poder tiene la costumbre de pisotear a los demás. En las cosas del Eterno debe existir un orden y la humildad para recibir todo.  Iehoshúa enseño que quien se hace pequeño (humilde) entre nosotros, ese es el más grande (Lucas 9:48).

Lo triste de todo esto es que tanto la arrogancia como el orgullo hacen que la persona difame a los demás, porque siempre la vera por debajo, dicha actitud es causante de muerte como a este sacerdote.

Con relación a la enfermedad de Tzaraát se enseña que primero aparecía en las paredes de la casa del culpable. Si se arrepentía, sólo debía quitar algunas piedras. Si no lo hacía, la casa era demolida.

Luego aparecía en sus ropas. Si se arrepentía, bastaba con lavarlas. Si no se arrepentía, las ropas eran quemadas.

Por último era el cuerpo. Si se arrepentía, se purificaba. Si no lo hacía, debía y ser aislado del campamento para morar solo.

Esto nos enseña que siempre el Eterno da la posibilidad de arrepentirse y evitar el castigo, obviamente debe ser un arrepentimiento sincero, al punto que aborrezca incurrir en la misma falta.

La escritura nos muestra que para que una persona fuese purificado debía presentar dos aves, madera de cedro, lana carmesí e hisopo (Levíticos 14:4).

Dos aves vivas que tenían la particularidad de hacer mucho ruido porque la aflicción de tzaraat fue causada por un discurso malicioso de hablar mal, de hacer mucho ruido.  La madera de cedro que siendo el árbol más alto representa el orgullo y soberbia. La lana carmesí que representa la falta, el pecado de hablar mal y el hisopo que representa la humildad.

Vemos que un ave muere y otra ave quedaba viva y libre, representando el perdón de la falta, pero también la libertad de esa opresión espiritual vista hoy como enfermedad.

Todo este problema es causado por dejar que nuestra lengua sea la que contamine a otros, pero también nuestros cuerpos. Con nuestra lengua no solamente destruimos nuestras vidas, sino también se verá afectada nuestra casa. 

Del mismo modo se verá afectada nuestra vestimenta y siendo que esta representa honor e identidad, nuestra actitud va a definir lo que somos y eso nos dará un concepto frente a otros. Ya nadie creerá en ti ni confiara en ti.

Mucha de las cosas que nos suceden y que vivimos son consecuencias de las cosas que activamos en el plano espiritual haciendo mal uso de nuestra lengua. Dice el salmista que si queremos vivir tener días de propósitos debemos apartar nuestra lengua del mal y nuestros labios de hablar engaño (Salmos 34:12-13). Quiere decir que si no tenemos días de propósitos y significativos de debe al mal uso que le estamos dando a nuestra lengua, en lugar de bendecir maldecimos, en lugar de edificar, destruimos. 

Debemos tener presente que tanto la vida como la muerte, la bendición y la maldición están en el poder de la lengua y dependiendo lo que sembremos, debemos estar consciente que vamos a comer de esos frutos (Proverbios 21:23).

Debemos cuidarnos de relatar información derogatoria sobre otra persona, de declarar palabras que provoquen pleitos entre otros, la misma escritura dice que no debemos andar chismeando entre nuestro pueblo (Levíticos 19:16). 

Debemos cuidarnos de calumniar a otras personas o decir cosas sobre alguien que le provoque angustia emocional, dice la misma escritura que si alguno no ofende en palabras este es varón perfecto (Santiago 3:2).

Así pues, la lengua a pesar de ser un miembro tan pequeño se jacta de grandes cosas, no solamente destruye a otros, sino también destruye tu vida. Lo mejor que debemos hacer por nuestro bien y el de nuestra familia es guardar nuestra boca, porque aun el necio es considerado sabio cuando calla. No olvidemos que el que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias (Proverbios 21:23).

Shabat Shalom @Jonathanor7


No hay comentarios.:

Publicar un comentario