domingo, 26 de diciembre de 2010

¿Navidad o vanidad?


Por: Jonathan Colina


Shalom, al evaluar toda esta celebración navideña que el ser humano tiene como costumbre practicarla, y aún peor cristianos que realmente nunca se preguntan si es aprobada por el Padre celestial, entonces nos damos cuenta que todo lo que no surge de su voluntad o pensamiento es vano, pues escrito esta: “las costumbres de los pueblos son vanidad” (Jeremías 10:2); es decir todo lo que no tiene lugar en su palabra carece de propósito y verdad, es algo que nunca da resultados fructuosos porque es actuar de forma vacía, es algo oscuro en si mismo porque contiene perversidad y depravación, entonces ¿por qué el cristiano se llena de buenas intenciones utilizando esta celebración como método para llamar las almas perdidas y rescatarlas para el Eterno?
La escritura establece: Si apartas lo precioso de lo vil, Serás mi boca. ¡Conviértanse ellos a ti, y no te conviertas tú a ellos! (Jeremías 15:19).

Es evidente que son tantas las excusas que utilizan para justificar sus malas acciones en contra de la escritura, pues les cuesta dejar a un lado el paganismo tradicional y sumergirse en la verdad del Reino de Adonai. Además, ¿que conciencia va a tener las personas cuando están sumergidos en sus deleites, bebiendo alcohol hasta que el cuerpo aguante, comiendo cerdo sin medidas?, pero todos con la consigna que es la llegada del “niño Jesús”, como si Jesús fuera alcohólico o inmundo, entonces ¿por qué tomar 24 o 31 de diciembre para hablarle del Eterno, cuando tenemos 363 días más para hacerlo? No nos engañemos a nosotros mismos, ya el Mesías vino hace 2 mil años, creció, se desarrollo y murió para justificarnos delante del Padre y volverá por su pueblo fiel para establecer el reino. YA BASTA DE TANTA FANTASÍA, NO EXISTE NINGÚN NIÑO JESÚS.



Por otro lado todo lo que se practica atenta contra los principios del Padre; el comer carne de cerdo (pernil), pan de jamón (Deuteronomio 14:8; Isaías 65:4; 66:17), colocar arbolito e imágenes de ídolos (san nicolás- dios odín), (éxodo 20:3-5, Deuteronomio 12:2, 1ª Reyes 14:22-23, 2ª Reyes 16:4; 17:11-12), bebiendo alcohol hasta emborracharse ( Romanos 13:13, Gálatas 5:21, 1ª Corintios 5:10), engañando a sus hijos con un personaje pagano e irreal (san nicolás), ¿cómo es posible que su hijo tenga más esperanza en san nicolás y no en el Padre Eterno?

También celebran la conclusión de un año y el comienzo de otro, obedeciendo al emperador Julio Cesar, quien estableció el primer mes en honor al dios janus (dios de dos caras), de allí su nombre january (enero), pero ignorando la voluntad del Eterno, quien nos ordeno el primer mes como Abib (éxodo 12:2; 13:4), correspondiente a los meses marzo-abril del calendario gregoriano.

Entonces todo lo que se está haciendo carece de propósito celestial, y todo va ligado a satisfacer sus deseos carnales, lleno de hipocresía, consumismo, donde el comerciante se enriquece y las personas se arruinan, por eso pasan los años y las personas siguen iguales y hasta peor, pero con la vana e hipócrita declaración de “feliz navidad y prospero año nuevo”, cuando ya en enero se retoma el rencor, el odio, la destrucción, maldad, corrupción y miseria, por eso las personas viven en este círculo vicioso, en un vació que nunca pueden llenar porque están alejados del Padre y su reino.


Así que no existe ninguna navidad porque el Mesías no nació en diciembre, solo existe la vanidad y el paganismo donde los protagonista de todo esto son dioses extraños como el nacimiento de mitra (navidad), la intervención de Janus (nuevo año) y la destacada labor de odín (san nicolas).

Así que el fin de todo este escrito es: Teme al Eterno y guarda sus mandamientos, porque esto es el TODO del hombre. (Eclesiastés 12:13).
 ¡Reflexionen amados amigos y hermanos!  

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